Publicado el 22/03/2021

EL Bunker Nazi de Bariloche

Una extraña construcción dinamitada, con una vista estratégica que parece guardar oscuros secretos.

San Carlos de Bariloche es una hermosa localidad ubicada en la provincia de Rio Negro, sobre la majestuosa cordillera de los Andes, y recostada sobre las aguas del lago Nahuel Huapi. Es uno de los lugares de vacaciones por excelencia de nuestro país con atractivos que hacen de este, un lugar magnífico durante todo el año.

Es sabido, sobre todo con más fuerza en los últimos años, que después de la segunda guerra mundial, muchos soldados y ciudadanos alemanes buscaron refugio y una nueva vida en esta zona, lejos de la destruida Europa de posguerra, y encontraron de hecho en Argentina, y sobre todo en Bariloche un lugar pacifico en las montañas donde poder rehacer sus vidas.

Con el paso del tiempo, algunas noticias fueron saliendo a la luz. No todos los refugiados alemanes llegados eran simples ciudadanos que huyeron de la guerra. Había entre ellos muchos nazis, incluso jerarcas criminales de guerra que eran buscados en todo el mundo, viviendo sus vidas tranquilamente. Algunos vivían en forma permanente, otros estaban de paso, yendo y viniendo  de un lugar a otro para no ser detectados, aprovechando la protección que les daba la gran comunidad alemana que vivía en la zona, y por supuesto la complicidad de muchos funcionarios. Quizás los casos más emblemáticos son el de Erick Priebke y Reinhard Kops, que vivieron muchos años en Bariloche como ciudadanos comunes, siendo criminales de guerra. Pero se sabe que muchos otros fueron protegidos en esta zona, entre ellos Josef Mengele, conocido como el “ángel de la muerte”, y según algunas versiones, el mismo Adolf Hitler y su esposa Eva Brown, no habrían muerto en el Búnker de Berlín, y habiendo escapado de la devastada Alemania se habrían escondido en la Patagonia, viviendo en diferentes lugares cerca de Bariloche y de Villa la Angostura.

Lo cierto es que la historia y la leyenda se juntan para mezclarse y plantear interrogantes sobre ciertos lugares que, por una u otra razón se asocian a los nazis que vivieron en estas latitudes. Y sin dudas, una de los lugares más mas misteriosos en este sentido es una extraña y llamativa fortificación conocida como “ El bunker nazi de Bariloche” o directamente como “EL Bunker de Hitler”.

Dejando atrás Puerto Pañuelo y el Famoso hotel LLao LLao, la ruta 77, también conocida como el camino del Circuito Chico, se adentra en un espeso bosque. Más adelante, un cartel señala el ingreso a un sendero que se adentra en la montaña y que va a Villa Tacul, una pequeña y paradisíaca playa que se encuentra a unos 1500 metros de la ruta, en el lago Nahuel Huapi. El camino transcurre entre abruptas subidas y bajadas y un hermoso bosque lleno de árboles gigantes y cañas de tacuara que llega finalmente a la playa, un lugar muy concurrido por turistas y al que también se puede llegar en auto.

La huella de un camino bordea la zona de la playa, y conduce hasta un promontorio rocoso que se encuentra a unos 150 metros, sobre el cual se encuentran las ruinas de una antigua construcción de hormigón armado y fierros retorcidos. Son las ruinas del Búnker.

Poco se sabe de esta construcción y son muchos los misterios que la rodean. Muchas preguntas que aún no tienen respuesta. De lo poco que se sabe, se dice que este búnker fue construido por el Ejército Argentino en el año 1946, luego de finalización de la segunda Guerra Mundial, cuando los nazis escapaban de las tropas aliadas que los buscaban para enjuiciarlos y condenarlos por los crímenes que habían cometido. En esa época, la ciudad de Bariloche era muy pequeña y poco poblada, y este, era un lugar lejano e inaccesible, y a la vez cercano a la villa, lo que lo convertía en el lugar ideal para “esconder personas”.

De hecho, cualquier razonamiento más o menos coherente nos llevaría a preguntarnos qué sentido tiene la construcción de un búnker en una zona inhóspita, donde no hay nada que defender, ni fronteras, ni es un lugar con alguna hipótesis de conflicto. En esta zona con montañas y bosques, uno podría esconder a personas en muchos lugares sin que nadie se de cuenta. Pero cuando se han invertido tantos recursos y precauciones en hacer un escondite fortificado, surge la gran pregunta. A quién querían esconder?. ¿Quién era tan importante para semejante despliegue?.

La situación del Búnker es estratégica. Está ubicado como dijimos en un frondoso e inaccesible bosque (por lo menos en aquella época), en un promontorio rocoso elevado, y con un solo camino de acceso. Desde allí, se divisa hacia todos lados el lago Nahuel Huapi. Nadie puede llegar hasta ese lugar sin ser observado. O sea que ninguna persona podía llegar por aire, tierra o agua sin ser detectada. Y, en este lugar, una construcción fortificada, de hormigón armado, posiblemente con algún túnel. No deja de ser llamativo.

El Bunker tiene una construcción principal y dos construcciones más pequeñas y también en ruinas ocultas por la vegetación y el tiempo. Una de ellas parece como un puesto de observación que da hacia uno de los costados con vista a una de las playas. La otra, más hacia adentro, tiene el aspecto de lo que parece un ingreso subterráneo que está tapado. Da la impresión de que el complejo tenía alguna especie de túnel que comunicaba las diferentes construcciones.

Sin embargo, y esto también es llamativo, ya que revela una intención de ocultar, no hay datos oficiales de esta construcción. Ningún documento municipal o del ejército lo registran y no se han podido hallar los planos. Esto implica que el búnker no existía, o por lo menos no a los ojos del común de la gente. En 1955 fue demolido por el mismo ejército que lo construyó y quedó abandonado.

No es descabellado suponer que este lugar hubiera servido como un refugio y escondite seguro para los nazis que en aquellos tiempos escapaban de la justicia por los crímenes cometidos en la segunda guerra mundial. El ejército Argentino, que había apoyado a los Nazis en la contienda, en complicidad por supuesto con el gobierno y la comunidad alemana local, le daban protección a los criminales de guerra buscados y cuando alguno corría peligro de ser encontrado el bunker era el lugar seguro, lejos de todo, con protección, no visibles desde ningún lado, con la posibilidad de dar una alerta temprana, y, si la situación se complicaba, un escape rápido en hidroavión. No es casual que el efugio se haya construido en 1946, al finalizar la segunda guerra mundial y con el ascenso del General Perón a la presidencia.

Como sea, las ruinas de esta fortificación siguen allí, a la vista de miles de turistas que ignoran de qué se trata. La historia de Bariloche ha estado ligada a los Nazis que vivieron en la ciudad, a los que se protegió y escondió de la justicia, al proyecto atómico de la isla Huemul y a los misterios y leyendas que se han construido más allá de la historia.

Leandro Bandoli


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