Sus Ruinas imponentes resisten al paso del tiempo y se niegan a desaparecer. Al pie de las más bellas sierras del sur bonaerense, y rodeados de un paisaje idílico, los anchos muros de ladrillos parecen ser los centinelas de una antigua historia que merece ser contada.

Majestuoso e imponente, como tantos hoteles contemporáneos que surgieron hacia fines de los años 1800 y principios de 1900, en la época dorada, donde las clases acaudaladas frecuentaban estos lujosos establecimientos que surgían muchas veces en lugares inhóspitos,   como en este caso, de la mano del pujante ferrocarril que acortaba las enormes distancias de una nación en la que todo estaba por hacerse. 

Las ruinas del hotel se encuentran en la hermosa y tranquila localidad de Villa Ventana, una villa turística de pocos habitantes ubicada en el sur de la provincia, a uno 570 Km de distancia de la ciudad de Buenos Aires. Un lugar apacible rodeado de casas veraniegas que reposan bajo la sombra de un hermoso bosque y flanqueado por las aguas del arroyo Belisario que serpentea entre las elevaciones de la zona. Justamente del otro lado del arroyo se encuentran las ruinas del hotel. Hoy, por suerte un lugar protegido, que solo puede visitarse acompañado por guías y personal autorizado para preservar lo que queda de saqueadores y gente sin consciencia que destruye o daña estos sitios históricos.

La historia del Club Hotel comienza allá por el año 1900, cuando el Doctor Felix Muñoz, especialista en enfermedades respiratorias encuentra en las bondades del clima de la zona un lugar propicio para el tratamiento de enfermedades respiratorias.  El Dr. Manuel Lainez, Amigo de Muñoz era propietario de varias hectáreas de tierras en la zona. Ambos se entusiasmaron con la idea de construir un hotel de lujo en la zona, aprovechando el paso del ferrocarril y con el, la posibilidad de atraer turistas. El Ferrocarril del Sud se entusiasma con el proyecto ya que era una posibilidad de sumar pasajeros a esta ruta que ya era rentable, por lo establecen en el año 1903 la parada del tren Sauce Grande, que es la actual estación Sierra de la Ventana. Pero la construcción en si comienza en el año 1904 y seria por supuesto, un suceso muy importante en la época, no solo por la importancia arquitectónica, sino porque marcaría el inicio de la actividad turística en la región. 
Así comenzó la construcción de este magnífico hotel que se inauguro 7 años después, en 1911 y fue considerado en su época como el mejor hotel de Sudamérica.  Llamado “el Titanic Argentino” por su grandeza y lujo,  se construyo en un refinado estilo europeo  siguiendo las tendencias de construcción de la Belle Epoque y albergando la primera sala de casinos del país. El hotel disponía para sus huéspedes de una superficie cubierta de 6400 metros cuadrados de construcción y todas las comodidades para un establecimiento de su categoría. Contaba con un lujoso restaurante decorado en estilo Luis XVI, Jardín de invierno, salón de fiesta, 3 salas de casino, night club, biblioteca, sala de música, peluquería, cancha de Golf y de tenis, entre otras actividades. 
Al ser un hotel que estaba aislado de las grandes ciudades, debía autoabastecerse de los productos que necesitaba para funcionar.  Por eso tenía su propia huerta, granjas, panadería, carpintería, usinas, sastrería y herrerías. 
El hotel se inauguro la noche del 11 de Noviembre de 1911. El día de su inauguración recibió a 1200 invitados, entre ellos muchos ciudadanos y personajes ilustres y de la alta sociedad de aquellos años. Los invitados llegaron en un tren especial desde Buenos Aires y la fiesta fue fastuosa. 
Sin embargo el glamur y las buenas épocas del hotel durarías apenas unos años. El inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914 marcaria una profunda recesión económica en Europa, y la prohibición de los juegos de azahar en la provincia de Buenos Aires sellarían su suerte y el hotel cerraría por primera vez sus puertas en 1920. En 1924, el gobierno de la provincia de Buenos Aires se hizo cargo del hotel para instalar una colonia de vacaciones. Sin embargo, la idea nunca se concreto.  Nunca recuperaría sus años de esplendor.

A partir de allí el hotel se cerro, pero mantuvo intacta su estructura,  mobiliario y bodegas, que contenían aparentemente vinos de todo el mundo. Fue en esos años cuando según se cuenta, funcionarios provinciales fueron los primeros en saquear las bodegas del hotel, así como también parte de la vajilla y del mobiliario que tenia. 
El hotel recobraría vida de manera extraña, casi 20 años más tarde a raíz de un episodio de la Segunda Guerra Mundial. La batalla del Rio de la Plata. En esa ocasión, en 1939, el famoso Acorazado de Bolsillo nazi Admiral Graf Von Spee es perseguido por 3 cruceros de batalla ingleses que, luego de infligirle serios daños, lo acorralan en el puerto de Montevideo. Sin posibilidad de sobrevivir, el capitán decide hundir la nave frente al puerto de Montevideo antes que rendirse. La tripulación del barco es tomada prisionera y alojada en diferentes lugares de argentina, , entre ellos el famoso hotel Edén, y también en el Club Hotel Sierra del Ventana, donde fueron alojados unos 350 marinos, que permanecerían alojados hasta el año 1946, hecho que abriría un nuevo capítulo en la historia del “Titanic Argentino”.  Y otra vez los Nazis en la historia, las leyendas, los mitos.  La historia cuenta que fue otro de los lugares, perteneciente a una red de lugares en los que se dio protección a muchos jerarcas nazis al finalizar la guerra. Y por supuesto, como no podía ser de otra manera, el fantasma de Hitler merodeando la zona. Como siempre, la historia y la leyenda se mezclan. 
Como sea, los tripulantes del Graff Spee le dieron una nueva vida  al hotel, manteniendo sus instalaciones, poniendo en funcionamiento el tren que unía al hotel con Sierra de la ventana y también a través de la banda del Almirantazgo que daba espectáculos frecuentes. 
Pero una vez que termino la guerra y la tripulación del buque se fue, el hotel volvió a cerrar sus puertas cayendo en un periodo de abandono, olvidos y despojos.  Con la llegada de la democracia, hubieron algunos proyectos turísticos de darle una nueva vida al hotel, pero ninguno se concreto. Una fría madrugada de Julio de 1983, el gran hotel que supo tener grandezas y épocas doradas apareció misteriosamente incendiado.  Algunos dijeron que el incendio fue intencional. Otros que fue un rayo que cayó en una noche de tormentas. Como sea, solo quedaron de este lujoso hotel algunas ruinas que intentan ser rescatadas del olvido.